15 de agosto. En la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, año de la encarnación del señor de 2016.

Como fieles católicos, ante el doloroso panorama nacional e internacional de división, corrupción y violencia, pero llenos de esperanza en Dios y en su plan de salvación, hemos decidido la conformación del MCS, para así cumplir con el mandato apostólico que exhorta a los fieles laicos a “sanear las estructuras y los ambientes del mundo cuando inciten al pecado” (LG, 36), “instaurar el orden temporal de tal forma que, salvando íntegramente sus propias leyes, se ajuste a los principios superiores de la vida cristiana” (AA, 7), y así “lograr que la ley divina quede grabada en la ciudad terrena” (GS, 43). En este orden, el Movimiento se regirá por la siguiente declaración de principios:

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